CICOP
LA SALUD DEBE SER PRIORIDAD
Inversión en producción pública de vacunas e insumos
hospitalarios.
Presupuesto de emergencia para nombramientos que fortalezcan los
equipos de salud.
Crece el agotamiento y la sobrecarga laboral
Con las terapias intensivas al límite, las guardias y salas COVID
saturadas, la sobrecarga laboral del equipo de salud es preocupante.
El elevado número de contagios y la velocidad de progresión de la
segunda ola han puesto en jaque rápidamente a todo el sistema de
salud del AMBA y a varias localidades del interior de la provincia.
El personal sanitario sometido al pluriempleo -en un sistema de
salud fragmentado- se encuentra trabajando al máximo de su capacidad
y bajo una presión insostenible en el tiempo. Esto ya ha generado en
algunas áreas renuncias de profesionales con años de antigüedad lo
que debería encender todas las alarmas.
A esta altura de la pandemia, quedó claro que el cuello de
botella del sistema de salud está en el recurso humano. En el actual
contexto, resulta imprescindible dotar a los equipos de salud con
salarios dignos y mejores condiciones de trabajo, nombramientos
genuinos y desprecarización laboral.
En los hospitales provinciales -como resultado de un acuerdo
paritario 2020- sumamos a los planteles 1.137 profesionales que
habían completado su formación en el sistema de residencias. Sin
dudas, esa medida fortaleció el sistema y repobló servicios que
venían raleados por las políticas de ajuste. Los nombramientos del
2021 deben contemplar cargos genuinos para incorporar a nuestrxs
residentes y oxigenar los planteles, agotados luego de un año de
pandemia.
Liberación de las patentes y producción pública
Las vacunas son la herramienta fundamental para salir de la
pandemia. Mientras vemos como países ricos anuncian el cercano
regreso a la “normalidad”, los países de bajos recursos del
hemisferio sur afrontaremos el invierno muy lejos de haber conseguido
una inmunidad de rebaño.
La liberación de las patentes y la declaración de las vacunas
como bien público debiera ser la medida humanitaria para afrontar
semejante catástrofe sanitaria y económica a nivel mundial.
Nuestro país ha vacunado -con al menos una dosis- al 15,5% de la
población (2% con las dos dosis) y con la llegada de 2 millones de
dosis sostendrá -en principio- el mismo ritmo durante el mes de
mayo.
Las vacunas utilizadas hasta ahora han resultado de contratos con
los estados ruso y chino. Durante la última semana, el gobierno
nacional ha denunciado el incumplimiento contractual por parte de
AstraZeneca e intenta retomar negociaciones con el extorsivo
laboratorio Pfizer y el gobierno de EEUU. Paralelamente, la
cancillería argentina ha mantenido reuniones con Cuba por la
Soberana 2 que, de finalizar exitosamente la fase 3, sería la única
vacuna utilizable para la población pediátrica.
En tanto no tengamos una decidida política para el desarrollo
soberano de vacunas e insumos sanitarios, nuestro país seguirá
inmerso en los vaivenes de la disputa comercial y geopolítica.
Al mismo tiempo que se realizan negociaciones para conseguir más
vacunas, es menester invertir fuertemente en investigación para que
nuestros científicos avancen en el desarrollo de vacunas propias y
para la producción pública de insumos hospitalarios.
La declaración de utilidad pública de las vacunas AstraZeneca
que se producen en Garín y se pueden envasar en el país,
indudablemente ayudará a progresar en la vacunación masiva.
Es necesario bajar el número de contagios
Los promedios semanales de casos muestran una desaceleración de
la curva de contagios. Aun así, nuestro sistema de salud no puede
tolerar una meseta excesivamente elevada. El gobierno nacional ha
decidido sostener las medidas restrictivas hasta el 21 de mayo,
manteniendo la escolaridad a distancia y la apertura de toda la
actividad productiva.
Para descomprimir el sistema de salud rápidamente, necesitamos un
cierre mayor de actividades con recursos económicos de sostén para
los sectores afectados, preservando los puestos de trabajo y el
salario y una ayuda universal a los desocupados.
La resistencia a suspender la presencialidad escolar en este
contexto desvía el eje de discusión. Esto denota, según los datos
de los contagios en niños y adolescentes, una enorme subestimación
del riesgo sanitario y solo colabora irresponsablemente con la
saturación del sistema de salud. Bajar la circulación viral es
necesario para recuperar la presencialidad y no a la inversa.
Las próximas semanas serán claves para evaluar el impacto de las
medidas distrito por distrito, y será fundamental que funcionarios
nacionales, provinciales y municipales no minimicen la situación
epidemiológica a la hora de tomar decisiones porque lo que está en
juego es la salud de toda la población.